Padre Nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo
Lleno de toda clase de problemas
con el ceño fruncido
Como si fueras un hombre vulgar y corriente
no pienses más en nosotros.
Comprendemos que sufres
porque no puedes arreglar las cosas.
Sabemos que el Demonio no te deja tranquilo,
desconstruyendo lo que tú construyes.
Él ser ríe de ti
pero nosotros lloramos contigo:
no te preocupes de sus risas diabólicas.
Padre nuestro que estás donde estás
Rodeado de ángeles desleales
Sinceramente: no sufras más por nosotros
Tienes que darte cuenta
de que los dioses no son infalibles
y que nosotros lo perdonamos todo.
El hombre imaginario
El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria,
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario.
De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios.
Todas las tardes, tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios.Sombras imaginarias
vienen por el camiono imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario.
Y en las noches de luna imaginaria
sueña con al mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir es mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario.
Si bien el primero me parece de un ingenio y acidez tremenda, el segundo me conmueve más allá de donde puedo explicar. El que todo gire en torno a un "imaginario" menos el dolor (único verso del poema que no es seguido por la palabra) es algo desgarrador. Como si en todo el mundo sólo tuviéramos la certeza de éste.